Irudibiziak o cómo el cine puede reconstruir imaginarios
Un pianista afroamericano contrata a un rudo italoestadounidense para que sea su chófer y guardaespaldas durante una gira por el sur de Estados Unidos en el otoño de 1962, un viaje que los adentra en un territorio y una época subyugados al racismo. Este es el argumento fundamental de Green Book, película que durante 2017 y 2018 obtuvo tres Globos de Oro y tres premios Óscar, incluido el de mejor película. Se trata de uno de los films que se proyectarán en el marco del trabajo de la asociación Irudibiziak, una entidad sin ánimo de lucro fundada en 1985 que desarrolla distintos programas socioeducativos utilizando el cine como herramienta para la transformación social.
Trabajan de manera constante en el ámbito escolar, pero trascienden de él acercándose a los ámbitos social y cultural a través, por ejemplo, del Ciclo de Cine Intergeneracional, una interesante propuesta que ahonda en la necesidad de compartir visiones y perspectivas de las realidades sociales que nos rodean con independencia de la generación a la cual pertenecemos y donde las personas mayores son las protagonistas.
Este ciclo de cine gratuito arrancó el 9 de octubre, pero se prevén tres sesiones más durante el mes de noviembre: el Salón de El Carmen de Bilbao acoge la proyección de la película y su posterior coloquio-debate propicia un rico diálogo sobre el contenido del largometraje visto.
Usua Haba, Laura Martínez y Jurdan Caballero forman el equipo de la Asociación, con sede en la calle Bailén. Hasta allí nos hemos acercado para que nos cuenten más sobre este proyecto y sobre qué es exactamente Irudibiziak.
Harresiak Apurtuz. Bilbao, 22 de noviembre de 2019
¿Qué es Irudibiziak?
Usua Haba (U.H.): Es una asociación sin ánimo de lucro que siempre ha estado enfocada a trabajar en programas educativos escolares, programas que tienen como base el cine. Poco a poco ves que la realidad social te va llevando a otros lugares, como es el caso del proyecto “Intergeneracional”. La idea de utilizar el cine como herramienta en todas nuestras actividades es evitar la pasividad a la hora de ver las películas y generar pensamiento crítico y reflexivo a través del séptimo arte. Llevamos desde 1985 y desde entonces hemos venido trabajando temáticas relacionadas con la salud, la convivencia, la educación en valores…cuestiones que están situadas en el debate y que se pueden relacionar además con otras como la violencia o las migraciones, por ejemplo. Cada vez la sociedad es más diversa y hay que abrir los parámetros.
Desde el 85…¡son ya casi 35 años de trabajo!
U.H. : Sí! (risas) Este equipo es ya la segunda generación, como quien dice. Yo he compartido trabajo con los fundadores del proyecto y puedo decir que empezó de una forma muy natural, con una idea que a alguien le rondó por la cabeza. Se juntó un grupo de personas conocidas y empezaron a desarrollar esa idea, algo que ya se estaba haciendo en Barcelona. Uno venia del mundo del cine, otro era del mundo del cine teórico, el otro proyeccionista…y así empezó todo. En un primer momento se hacían proyecciones de películas por temas: historia, filosofía…Alguien pensó de forma más estratégica para sostener el proyecto a lo largo del tiempo y para eso se necesitaba financiación. Ahí entraron en juego las instituciones y se empezaron a incorporar temáticas que interesaban a diferentes departamentos y que formaban parte también de las inquietudes sociales del momento.
Os referís al cine como herramienta rica para transformar imaginarios, pero una de las características de vuestras actividades es el coloquio posterior que acompaña al visionado de cualquier película que proyectáis. Es el valor de la reflexión posterior, no?
U.H.: A veces se puede hacer y otras veces no. Con el público en general sí se puede hacer, pero a veces con público muy joven, no. En Asturias, por ejemplo, se hace por el aforo reducido de las sesiones. Cuando hay 200 chavales/as, pues no se puede, depende del público. Pero lo que es indiscutible es el valor que genera esa reflexión posterior de la que hablas.
Público muy joven…
Laura Martínez (L.M.): Primaria, Secundaria…Desde que son muy chiquitines. Vamos adaptando los materiales, las películas y los enfoques. En Santander hay un proyecto muy chulo que es “El cine y los derechos de la infancia” para trabajar eso a través de películas como “Coco”, “Wonder”…Este año proyectamos “Dumbo” y “Toy Story”. Es un programa muy bonito. Aquí con infantil y primaria son pelis en euskera para fomentar el uso de este idioma.
U.H.: Y las unidades didácticas están adaptadas a las edades de estos/as chavales/as. Luego, las actividades se llevan al aula y se trabajan. En la de los mayores hay algo más de teoría, no es tan práctico.
L.M.: El tema es acudir al cine, pero también es el trabajo que se hace posterior en el aula tras haber visto la película. Es decir, nosotras invitamos a los centros educativos a que vayan a ver las películas. Previamente, antes de la proyección, hay una introducción para situar y para que sea más fácil poner el foco de atención en esas temáticas que se quieren trabajar. Después, entregamos un material que el profesorado va a trabajar con el alumnado en el aula. Es una forma de reflexionar sobre los temas tratados, de situar, de debatir…Si esto no se hace así, a veces el cine, si no se produce luego una reflexión, si no hay una guía y una orientación, el mensaje puede no llegar de manera tan nítida. De esta forma, el mensaje es más potente, se refuerza.
¿Cómo es la metodología que utilizáis para llevar a cabo vuestras actividades?
U.H.: Siempre intentamos trabajar con películas de estreno. La gente que viene suele repetir, el profesorado ya nos conoce y los temas son siempre parecidos. Intentamos renovar las películas para abordar las cuestiones desde diferentes enfoques. Green Book, por ejemplo, es una película que entretiene, pero que nos está diciendo muchas cosas. La abordamos a través de las explicaciones que nos proporciona el guion y el director, no sólo de la historia, la cual puede ser perfectamente trasladable a nuestra realidad.
L.M.: Es que el alumnado se cuestione cosas. Por ejemplo, cómo convivimos con esos microracismos dentro de la sociedad: ¿son visibles, no son visibles, son inconscientes…? Suponiendo que el racismo pueda ser micro…
U.H.: El desmigar las películas es lo mejor de todo el trabajo. Decimos siempre que intentamos proyectar películas nuevas pero, ojo, hay clásicos que siempre funcionan como “El club de los poetas muertos”.
Decíamos antes que la sociedad es cada vez más diversa, igual que las aulas. Las realidades sociales cambian y hay que ir adaptándose…
L.M.: Sí, la renovación es constante. Ir viendo nuevos temas y nuevos enfoques y canalizar cómo se integran en el aula.
Y después está otra de vuestras apuestas, el Ciclo de Cine Intergeneracional…
Jurdan Caballero: Hace unos años intentamos presentarlo a varios municipios, pero no funcionó y se quedó aparcado. Después lo vinculamos con otro proyecto presentado, en el marco de la inclusión, y salió. Alguien en un departamento de la institución pensó que el proyecto era interesante. Hicimos un primer ciclo hace dos o tres años y funcionó muy bien, les gustó. Pero ese departamento no podía seguir financiándolo. En un año de inpass buscamos cómo financiarlo de otra manera y ahí entró en juego la Fundación BBK, quien resolvió a favor un proyecto presentado en el marco de esta temática. Es un mundo muy potente, que se mueve mucho. Ahora estamos dando vueltas a la idea de darle estabilidad y que funcione más allá de un año.
L.M.: Al final el objetivo es fomentar la participación comunitaria y de la ciudadanía de manera global y poner en valor como las personas mayores tienen que seguir siendo parte activa de nuestra sociedad. Pero no solo ellas, lo interesante es abrir el espacio a personas de diferentes generaciones para generar una valiosa interacción a través de puntos de vista diversos sobre temas concreto, que el resto de generaciones compartan los problemas de las personas mayores. Se trata de un evento gratuito para facilitar herramientas de ocio e intercambio de preocupaciones.