El corto del grupo Anai Arrebak, premiado en el concurso RecAcciona! que organiza cada año EGK, el Consejo de la Juventud de Euskadi, habla de aquellas cosas que nos unen a las personas, independientemente de cuál sea nuestro origen. Ha sido guionizado, filmado y producido por un grupo de jóvenes de múltiples orígenes que viven en Euskadi para visibilizar los problemas que surgen cuando se acercan al mundo laboral. Ideas y sueños no les faltan.
HARRESIAK APURTUZ
Walid, Lhoussein, Abderrahim, Lhou, Judith, Maider, Laura, Fethi, Brahim, Josué, Babacar, Yousef, El Houssaine, Mamadou y Haitam. Son jóvenes. Chicos y chicas de El Salvador, Marruecos, Pakistán, Euskadi, Argelia… forman parte de las asociaciones Fundación Peñascal y Elkarbanatuz, entidades que a su vez forman parte de EAPN, red que trabaja por la defensa de los derechos de las personas en situación de vulnerabilidad y que gestiona el proyecto “Juventud: motor de transformación social en Europa”. Desde esta red y en este marco, hace unos meses, se decidió realizar un diagnóstico para conocer cuáles son las principales preocupaciones de los jóvenes extranjeros que viven, conviven y se forman aquí. Los resultados, fruto de un cuestionario que se envió a entidades que trabajan con este colectivo, fueron reveladores: después de la formación, estos jóvenes se encuentran con un muro tan alto que no les permite acceder a un primer trabajo y quien sí lo logra no puede desarrollar el mismo en condiciones dignas. Denuncian no sólo la falta de accesibilidad al mercado laboral o las prácticas no remuneradas sino también las dificultades a la hora de seguir formándose o la desmotivación que llega tras ver sus itinerarios académicos y profesionales truncados.
De la cabeza de algún miembro del grupo salió una idea interesante: dar forma a este diagnóstico compartido a través de una herramienta audiovisual. Así nació el cortometraje que este grupo de jóvenes ha realizado. Luís García es voluntario de la Fundación Peñascal, conoce muy bien a estos jóvenes y les ha acompañado durante todo el proceso creativo. “Son chicos y chicas que llegan con unas expectativas muy altas, algunos incluso han puesto en riesgo su vida para venir hasta aquí, solos y solas, dejando a sus familias en sus lugares de origen y apostándolo todo a una carta”, señala. El acicate era un premio: competir con otros jóvenes en el concurso del EGK, RecAcciona!.
Y llegó el premio
No fue necesaria demasiada logística. Sabían muy bien cuál era el guión porque ellos y ellas han sido y son los protagonistas de su propia historia, dentro y fuera de las pantallas. El vídeo se grabó en una tarde con un teléfono móvil y tenía como objetivo sensibilizar y visibilizar las problemáticas a las que se enfrenta este colectivo a la hora de salir al mercado laboral. Y ojo, que el vídeo viene con propuestas, creadas de manera específica por el propio grupo y destinadas a las administraciones públicas y a la sociedad en general. La idea era llevar dicho corto a este concurso en el que jóvenes como ellos y ellas participaban con los mismos objetivos para competir por el premio al mejor producto audiovisual. La sorpresa llegó tras una llamada en la que les comunicaban que habían ganado el primer premio.
Anai Arrebak aprovechará el premio de 1000 euros para organizar un encuentro de jóvenes con el objetivo de debatir y hablar sobre juventud y exclusión social en Euskadi, aportando propuestas encaminadas a prevenir la exclusión y hacerla frente. Un encuentro que irá también dirigido a las administraciones públicas, quienes cuentan con las herramientas y los recursos necesarios para hacer el cambio posible. Zorionak!